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COMARCA

La comarca en la que se asienta el municipio es la zona centro-sur-este de la provincia, denominada de varias formas según textos y autores.
Se la conoce como Tierra de Pinares, si bien dentro de una clasificación mas ajustada, se encuadraría dentro de la Comarca V (Valle del Alberche), que con una superficie de 1.070,06 km², comprende 14 municipios, con poblaciones que en el año 1950, superaban los 1.000 habitantes, en número de 12 y que en  la que en la actualidad solo superan 7.comarcas

La población en el año 50 era de 30.894, y en el año 81 de 23.583. Representa en la actualidad el 13,2% del total provincial.

La altura media de la comarca es de1.008 m.

El clima es frio y seco, con largos inviernos, veranos fuertes y secos, primaveras destempladas y otoños tibios. La pluviosidad es media.

La riqueza de la zona es el cultivo de la vid (58,3% del total provincial) y huerta (34,5% de la provincia), asi como la ganadería en régimen semiextensivo.

La industria es superior a la existente en otras comarcas.

Tiene gran extensión de montes, predominando los pinares, robles y encinas.

Hidrográficamente, como su nombre indica, está regada por el rio Alberche (cuenca del Tajo), nace en la cadena central. Su cauce forma una gran curva, semejante a una parábola de 167 km de longitud. El desnivel existente entre su nacimiento y la desembocadura es de 1.500 m.

 

EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN DE MUNICIPIOS DE LA COMARCA

población

Turismo y Patrimonio de la diputación de Avila

Comarca turística por excelencia, muy próxima a Madrid, y llena de belleza y contrastes, constatables desde cualquier punto, tanto por la variable altitud (desde 1500 m. en la Cañada hasta los 760 de Cebreros), como por el clima.
El valle del Alberche es estrecho y granítico, discurre entre gargantas y zonas verdes de gran belleza, que colaboran a hacer del Alberche el principal afluente del Tajo. En su zona nororiental se sitúa la comarca denominada de Pinares- Bajo Alberche. El paisaje se muestra lleno de variados contrastes: granito, pastizales y matorrales junto con extensiones de pinos y robles.

Antes de reseñar la importancia artística e histórica de sus pueblos, que la tienen, y abundante, hay que señalar el gran atractivo turístico que el clima, las aguas y la generosa naturaleza ofrecen a esta comarca. Son abundantes las zonas de baño (sobre todo en el curso del río Alberche), con excelentes playas, merenderos… lugares para practicar todo tipo de deportes (natación, surf, piragüismo, vela, golf…), variadas las actividades que la geografía de la comarca permite realizar (senderismo, ciclismo de montaña, rutas ecuestres, quads), importantes los enclaves ecológicos de los que goza (el Valle de Iruelas, declarado Reserva Natural en 1997 y Zona de Especial Protección para las Aves: “ZEPA”, donde se encuentran las mayores poblaciones de Buitre Negro de Europa, también está declarado ZEPA El Hoyo de Pinares, y de gran belleza e importancia ecológica resultan El Pinar de Hoyocasero y el Castañar del Tiemblo, bien organizados y dispuestos los camping y casas de turismo rural, sabrosos y sanos los alimentos y productos autóctonos que se pueden degustar, y muy amables y hospitalarias las gentes. (Navaluenga está galardonada con el premio C de Turismo de Castilla y León en el año 1998). Durante el verano, celebran los pueblos sus fiestas patronales, existen atracciones y eventos estivales (actuaciones culturales y musicales, cines de verano, terrazas al aire libre, etc.), todo para que la noche sea el perfecto broche final de días plenos. Por todo ello, estos lugares multiplican su población en verano, y son elegidos como segundas residencias por muchísimas personas, lo cual no es de extrañar, pues resulta difícil evitar tanta belleza, encanto y diversión.

En el nacimiento del Alberche obligado es nombrar poblaciones tan bellas como San Martín de la Vega del Alberche, Garganta del Villar y Cepeda la Mora, con parajes tan sugerentes como las Cuevas del Maragato, que inspiraron al mismísimo Goya.

El Barraco. La casa municipal del Barraco data de 1565 y en ella luce airoso el escudo de don Juan de Águila, capitán de Felipe II, también puede admirarse la Iglesia, del S. XVI. El nombre de “Barraco” parece provenir de un verraco celta hallado en esta villa. En el Barraco ha florecido  en los últimos años una interesante industria peletera, y el pueblo entero aparece salpicado de tiendas donde pueden adquirirse artículos de piel de gran calidad. De El Barraco a El Tiemblo llegamos atravesando el embalse del Burgillo, zona de veraneo repleta de chalets. En el pantano del Burguillo, además de darse un buen baño, tomar el sol y comer en los abundantes merenderos y restaurantes, se pueden practicar deportes acuáticos, surf, motos acuáticas, vela, piragüas… y disfrutar del paisaje, que según desde que punto se contemple llega a recordar los fiordos noruegos. Rodeando a trvés del muro de contención el embalse del Burguillo llegamos al Valle de Iruelas, antes mencionado, paraje ecológico sin par, bien equipado para el turismo rural (colonia de casas rurales, camping y centro de interpretación de la naturaleza.

El Tiemblo es una de las poblaciones que multiplica su población en verano, y también lugar elegido por la historia. La Iglesia parroquial tiene aspecto de fortaleza, lo cual no deja de llamar la atención, y data del S.XVI. Los famosos Toros de Guisando son figuras zoomorfas labradas en granito y de origen celta. Los típicos verracos. Mucha tinta se ha vertido sobre estas figuras; sintetizando diremos que algunos representan toros y otros cerdos o jabalíes, y es que su función podría ser de origen mágico-religioso, (como tótems protectores del ganado), o bien tratarse de monumentos funerarios, de indicadores de caminos, o de señalizadores fronterizos. En este lugar Isabel la Católica fue reconocida heredera de Castilla por su hermano Enrique IV (1468), quien de esta manera renunciaba a la paternidad de su supuesta hija Juana, llamada Beltraneja, ya que las malas lenguas atribuían a don Beltrán de la Cueva la paternidad biológica de Juana. Frente a los toros, el Convento de Guisando, fundado por Enrique IV. Se conservan restos de la capilla gótica y el claustro del convento.

En las inmediaciones de El Tiemblo, se encuentran El Charco del Cura y el Castañar de El Tiemblo, y para darse un baño: las Cruceras.

Cebreros es famoso por sus vinos (uva albillo, sol y buenas temperaturas). La Iglesia parroquial se le atribuye a Herrera, pero lo que más llama la atención en Cebreros son las ruinas del convento franciscano de estilo gótico isabelino, las bolas o “perlas” de piedra, tan presentes en muchos edificios abulenses, ornamentan el conjunto. Curiosa resulta la picota de piedra. Es de destacar en Cebreros sus famosos carnavales. A las afueras una hermosa ermita en perfecta armonía con el paisaje: la ermita de Valsordo (S.XVI), y muy cerca un bello puente románico.

Burgohondo hace honor a su nombre (Burgo del fondo). Goza de un particular microclima que hace posible su enorme profusión de frutas y legumbres. Sorprende la Abadía de Nuestra Señora de la Asunción, de origen románico, su Iglesia es del más puro estilo románico del S.XII, y una de las más antiguas de Ávila.

Navaluenga, que en los meses estivales llega a triplicar su población, es un pueblo eminentemente turístico, que goza del galardón del premio C de Castilla y León concedido en 1998. Este pueblo es pionero en la provincia en instalaciones de turismo rural y empresas de turismo activo. Goza en la actualidad de un magnífico campo de Golf, piscinas naturales, de buenas rutas para practicar senderismo y de una excelente gastronomía..

Bellos lugares son Navarrevisca, Serranillos que sigue celebrando con gran animación sus fiestas del Vítor en verano y en invierno. Hoyocasero es uno de los pueblos más altos de Ávila y posee un bello enclave ecológico: El Pinar de Hoyocasero, de especial importancia botánica y con flora endémica. Navalsauz, donde nació Francisca Sánchez, compañera y musa de Rubén Darío, Navalacruz, de pura arquitectura serrana, San Juan de la Nava, Navarredondilla, Navatalgordo, San Juan del Molinillo, Navalmoral de la Sierra, Villanueva de Ávila o Navaquesera…, lugares para recorrer sin prisa y recrearse, entre sus calles, con su paisaje, con sus prados, con sus vistas, con sus sierras. A la altura de San Juan del Molinillo y Navandrinal se eleva la sierra del Zapatero, de belleza singular.

En Navalosa impresionan sus “chozos” de piedra y piornos.

En esta misma comarca, más identificado como Tierra de Pinares, bellos lugares como El Hoyo de Pinares, otro importante núcleo veraniego, con un extenso pinar, también declarado ZEPA, bella Iglesia y restos de una Calzada Romana. En Navalperal de Pinares existe un Museo Etnológico de gran interés. San Bartolomé de Pinares, conserva la tradición de celebrar las fiestas de “Las Luminarias” la noche de San Antón (enero). El mismo nombre de La Cañada hace alusión claramente a lo que fue su origen, una cañada real. Las Navas del Marqués, interesante y próspera villa, merece una reseña especial. Fue el primer marqués de las Navas don Pedro Dávila y Zuñiga, quien mandó construir el Castillo-Palacio de Magalia hacia mediados del S. XVI. La historia del castillo es azarosa, actualmente sirve para la organización de cursos, congresos, seminarios, conferencias…, cuenta este castillo con su propia leyenda. Los primeros marqueses de las Navas también mandaron edificar el Convento de Sto. Domingo y de San Pablo (S. XVI), de estilo herreriano y de historia igualmente azarosa. Interés también tiene la Iglesia parroquial de San Juan Bautista (S. XIV-XV), que alberga en el coro un órgano musical del S. XVII, y la Ermita de Nuestra Sra de la Asunción. A unos 2km. De Las Navas se extiende, majestuosa, la Ciudad Ducal, una confortable urbanización de lujo cuyos chalés se asientan entre bosques de enormes pinos y cuidados senderos. Los Duques de Medinaceli, promotores de la Ciudad Ducal, dotaron al lugar de variedad de plantas, lago con embarcadero, fuentes, pabellón de caza, mirador, etc., y su extraordinaria Torre de Vigilancia, construida por artistas de la escuela de Eiffel. Desde las Navas se accede a un apartado y bello pueblo, durante el invierno flanqueado por las nieves, Peguerinos, lugar pintoresco y de bonitas vistas.

En Navalosa encontramos bellas muestras de Artesanía popular: los típicos sombreris de paja y telares que perduran a través del tiempo.

Durante los mese de otoño se produce un peculiar turismo: el Turismo Micológico, dada la gran variedad de setas que proporciona la comarca del Alberche-Pinares.

 

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Bibliografia:

"Normas subsidiarias de planeamiento de San Bartolomé de Pinares, Documento de Información, análisis y diagnóstico"

http://www.diputacionavila.es/

 


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